Hace casi dos años que inicié en las redes sociales seriamente.
Por supuesto que no estoy tomando en cuenta el tiempo desde que tuve una cuenta en Messenger o cuando subí mi primer perfil digital a Hi5. Si reconocen estos medios digitales es porque son de mi generación, sino hagan caso omiso. Lo que quiero decir es que ya tengo muuuucho tiempo con una “vida en digital” si así se le puede decir. Pero no es lo mismo tener simplemente tus datos en vías digitales a querer comunicar algo con ellos, y de eso justamente les quiero hablar.
No les haré la historia larga, en determinado punto de mi vida me deprimí, mis días no tenían nada emocionante, había caído en cierta rutina y me sentía estancado, tenía un trabajo en el que no avanzaba y lo peor era que no estaba haciendo algo por ver mis sueños hacerse realidad. La hipnoterapia, la meditación, el ejercicio y el tiempo para pensar en las cosas que quería hacer poco a poco me fueron sacando del hoyo.
Un día hice una publicación de dos monitos que representaban mis pensamientos y emociones, uno de ellos molestaba al otro. Sonaba a broma, pero en realidad estaba expresando cómo me encontraba en ese momento. (Dato: A los dibujantes que hacen “monos” se les dicen “moneros” pero no me considero uno, muchos jajajás).
Un dibujo llevó al otro, y de la nada había creado dos personajes con muchas cosas que decir. Había encontrado una manera de expresarme, desestresarme y gritar como me sentía.
Las cosas empezaron a darse, la gente me empezaba a seguir, comentar y repostear. Alguien se tatuó mis personajes, alguien más inundó su cuarto con mis dibujos y me mandó foto y hasta me contactaron de un centro terapéutico para colaborar con un post.
Personas me empezaban a mandar inbox y me decían que se identificaban con los dibujos, me decían que los posts les habían ayudado y que hasta se sentían acompañados con lo que publicaba.
Todas estas cosas me llenaban de entusiasmo, porque ahora no sólo tenía un medio para expresarme, sino también para ayudar a los demás. Pero no les voy a mentir, con cada follower había un poco más de miedo, miedo por tener más difusión y por tanto más responsabilidad.
¿Y si me equivocaba?
¿Y si lastimaba sin querer a alguien?
¿Y si ofendía a alguien?
Pensaba en todo el tema de la corrección política, la híper moralidad que tanto se promueve, los post de denuncia, el activismo, el contenido chatarra. Estos temas hacían que constantemente me replanteara lo que yo estaba haciendo con mi cuenta.
Después de tanto overthinking lo que me salvaba era regresar al punto de origen, ¿porqué había empezado a hacer posts?¿qué quería comunicar?, y entonces todo se aclaraba. Posteaba porque quería darle VOZ a cómo me siento, a publicaciones que ALZAN LA VOZ en temas de autoconocimiento, salud emocional y mental.
Gracias a todo lo que ha ocurrido con mi cuenta he podido ser más consciente del gran poder que reside en cada uno de nosotros para usar las redes a nuestro favor y ALZAR LA VOZ en temas que no se han tocado, en temas que son tabús, en temas de los que nos da miedo hablar, en temas desconocidos. Para normalizar o desnormalizar, para denunciar, para dar visibilidad, pero lo más importante, PARA HACER UN CAMBIO.
Hoy quiero que reflexiones un poco y pienses:
¿Tú para que usas las redes?
¿Qué contenido consumes y por lo tanto promueves?
¿Has pensado que tú también puedes alzar la voz?
¿Has pensado que tú también puedes hacer un cambio?
¡Gracias por leerme!
