Claridad

Aklyoner
3 min readFeb 7, 2021

Una parte de mí siempre estuvo confiada que para los 30 años ya tendría un rumbo definido. Qué es lo que quiero hacer y cómo lo tengo que hacer. Como si mágicamente al llegar a esa edad hubiera desbloqueado la claridad en mi vida.

Si estás leyendo esto y eres de los que también tenían una idea similar, siento desilusionarte, no hay una edad en la que vas a tener la vida “armada”. De hecho puede que pases toda tu vida vagando con incertidumbre esperando a que ese dichoso momento pase, sin darte cuenta que lo más bonito era ese “deambular” de un lado a otro.

“Disfruta el camino”, seguro han oído esta frase tan de moda. Lo que realmente vale no es la meta en sí, sino todo el proceso que pasaste para llegar a ella, tu crecimiento, tus descubrimientos, tu aprendizaje. ¿Qué opinan?

Me ha pasado en diferentes momentos, específicamente meses antes de cumplir años, en los que me he sentido mal conmigo mismo, sin ganas de festejar un año más de vida debido a que he tenido muchas expectativas con lo que tendría que haber hecho llegado a cierta edad. Como si tuviese que haber cumplido diversas metas para sentirme bien, realizado y entonces, poder festejar, porque lo he logrado.

¿De dónde viene todo eso?

¿Porqué me he castigado de ese modo?

Lo que me costó trabajo entender es que cada quien tiene su propio reloj de crecimiento y que los logros de los demás no necesariamente tienen que ser los logros que tienes que tener tu también.

No estoy hablando de que es bueno vivir con un pensamiento de “a pues algún día me tocará a mí y listo” ¿saben? una actitud conformista. Porque para lograr cosas hay que luchar por ellas. No van a suceder de la nada.

Y eso es el segundo punto que quiero tocar.

No me puedo sentir mal de no haber alcanzado cosas si ni siquiera sé que es lo que quiero. Es decir no hay un plan sin haber una meta.

No seamos víctimas, también recae en nosotros la responsabilidad de ponernos a pensar en nuestra vida.

¿Qué me gusta?

¿Qué me apasiona?

¿Cómo puedo crecer?

¿Qué es lo que quiero lograr?

Una pregunta a la vez, tampoco tienen que ser todas, porque son abrumadoras, lo sé, pero en el momento en nos damos chance de pararnos a pensar en nuestro futuro y nos hacemos cargo de él, entonces podemos empezar a mapear los pasos a seguir y con metas realistas.

Tercer punto. cambiar de parecer está bien.

Oye, si no te gusta algo, haces algo al respecto. No lo haces por hacerlo, por alcanzarlo, o para darle gusto a alguien más.¿Quién dijo que no se puede cambiar de carrera? Lo mismo traspásenlo a cualquier actividad que estén haciendo. Un trabajo, un nuevo idioma, un deporte. Cambiar de parecer se me hace de lo más sabio, más aún si lo que haces te provoca algún tipo de malestar.

Aunque hayas hecho toda una lista por cumplir, y te sientas con la responsabilidad de llevarlo a cabo. Seguramente en el hecho de haber empezado alguna actividad y haberte dado cuenta que siempre no te gustaba tanto cómo creías, eso es claridad. Listo lo intentaste pero te diste cuenta que no era para ti. Por supuesto que fue valioso el proceso, porque gracias a haberlo intentado ahora sabes que quieres otra cosa, bravo.

Recapitulemos un poco.

  • Quizás nunca jamás tendrás claridad de lo que harás “definitivamente” en tu vida, y eso está bien, disfruta de hacer cosas por hacerlas, porque te provocan placer y le dan significado a tu vida.
  • Si no sabes qué es lo que quieres lograr, ¿Cómo se supone que lo logres?, dedica tiempo a pensar cómo quieres disfrutar la vida y haz algo por llevarlo a cabo.
  • Si en el camino te das cuenta que lo que haces no te trae la satisfacción que esperabas, cámbiate de camino, no hay drama por hacerlo y de hecho es sabio.

¡Gracias por leerme!

¡Sígueme en Instagram!

--

--